martes, 16 de enero de 2007

El calentamiento global, una palpable realidad.


El calentamiento global empieza a ser algo más que una simple charla de café en el Hemisferio Norte. Ya en 2006 se vivió un invierno atípico.

El otoño se retrasó más de la cuenta y la primavera llegó más pronto. Pero esta situación se ha visto notablemente superada en este curso meteorológico.

El clima cálido que se ha apropiado de la mitad norte del planeta es especialmente llamativo en los países más septentrionales. Un fenómeno que concuerda con las estadísticas que sitúan el mercurio hasta 4 grados más en el Ártico, mientras que en latitudes mediterráneas ese aumento no ha llegado a 1º.

España, por lo tanto, no ha sufrido tanto los sobresaltos de un invierno atípico como otras capitales europeas, aunque las máximas diurnas han estado cinco grados por encima de la media en enero, lo que ha animado a muchos a bañarse en Santander y otras playas del norte, informa Gustavo Catalán Deus.

Las crónicas que siguen de los corresponsales de EL MUNDO dan muestra de la estupefacción que se ha desatado en la opinión pública de los países más industrializados de Europa y Norteamérica. Y no es de extrañar: muchos están convencidos que se trata del último síntoma del alarmante cambio climático que amenaza a nuestro planeta.

ESTADOS UNIDOS
Los cerezos florecen en Central Park. Por Carlos Fresneda.

La primavera llegó a primeros de año a Central Park. Miles de neoyorquinos se trajeron el 'brunch' a la explanada y los cerezos se apuntaron a la fiesta abriendo su flores de par en par, para celebrar el fin de semana más caluroso desde 1878 (19 grados y subiendo).

La pista de hielo era un charco a media tarde, el gondolero del estanque hacía su agosto en pleno enero y los osos polares del zoo se remojaban para combatir el calentón.

En Battery Park, los 'yuppies' del 'downtown' tendían sus cuerpos al sol, y la playa de Coney Island se poblaba de familias enteras con tumbonas. Érase una vez el invierno en Nueva York...

Las instantáneas de la ciudad cercada por nieve parecen ya de otro siglo. Las postales de Central Park cubierto con una sábana blanca forman parte de la mitología o del cine: nada ha vuelto a ser lo mismo desde la última visita de King Kong.

La nieve suele llegar en noviembre a Nueva York, pero este año tuvimos tan sólo una levísima nevada en enero que duró apenas 10 minutos y fue borrada de un soplo por este sol inusual. Ese mismo día, las agencias goteaban la noticia que todo el mundo intuía: 2006 fue el año más caluroso en la historia de Estados Unidos (12,7 grados centígrados, uno más de media del siglo XX y por encima del récord de 1998).

El país que más generosamente contribuye con sus emisiones al calentamiento global es ya el sexto en el ránking de las temperaturas más elevadas. La visión idílica de los lagos helados de Nueva Inglaterra no ha llegado a cuajar este año. En el mítico Walden de Henry David Thoreau, los patos y los gansos siguen esperando la señal que no llega.

NUEVA YORK, Nueva York(AGENCIAS)

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