
Güímar y Granadilla notaron «levemente» el primer seísmo que se siente en el Archipiélago en 2007
Las localidades tinerfeñas de Granadilla y Güímar sintieron el primer seísmo de 2007 que se nota en Canarias. Fue en la noche del martes al miércoles, apenas llegó a los 2,4 grados en la escala Richter y el epicentro, de nuevo, se localizó en el mar, ahora a 18.000 metros de profundidad y unos 11 kilómetros al este de Abona.
Aunque en zonas altas de Güimar y de Granadilla temblaron ventanas y se movieron lámparas, el primer seismo del año que se nota en tierra en Canarias no tuvo la intensidad necesaria como para considerarse terremoto. De hecho, durante los últimos días de diciembre se registraron otros movimientos de mayor magnitud que no se percibieron por la población, como el que se produjo el pasado día 26 (3,0 en la escala Richter) a 73 kilómetros de profundidad y 187 kilómetros al norte de Gran Canaria o el de intensidad 2,6 registrado el día 22 a 17.000 metros bajo el mar y 18 kilómetros al noreste de Mogán.
La comarca en la que se registró el temblor, a las 22.30 horas del 2 de enero, es una de las que más movimientos sísmicos tiene dentro de la isla de Tenerife. Según los expertos en vulcanología, éstos se deben a incipientes emanaciones volcánicas submarinas y no revisten ninguna gravedad para la población. Además, tampoco existe vínculo entre esos temblores en el mar y los que se sucedieron en tierra firme, concretamente entre las cumbres de Guía de Isora e Icod de los Vinos, entre los años 2004 y 2006 y que acabaron alarmando a algunos vecinos de esa zona. Uno de esos temblores, detectado en abril, superó los 4 grados de intensidad y en la isla picuda se generó una cierta alarma social a la que las autoridades tuvieron que reaccionar con llamadas a la tranquilidad.
Más cerca. El jefe del Centro de Geodesia y Geofísica del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, Manuel Moreno, destacó que el movimiento sísmico se puede calificar de «normal, aunque en esta ocasión se registró algo más cerca de la costa de lo habitual», en concreto a 11 kilómetros al este de la localidad de Abona.
La comarca en la que se registró el temblor, a las 22.30 horas del 2 de enero, es una de las que más movimientos sísmicos tiene dentro de la isla de Tenerife. Según los expertos en vulcanología, éstos se deben a incipientes emanaciones volcánicas submarinas y no revisten ninguna gravedad para la población. Además, tampoco existe vínculo entre esos temblores en el mar y los que se sucedieron en tierra firme, concretamente entre las cumbres de Guía de Isora e Icod de los Vinos, entre los años 2004 y 2006 y que acabaron alarmando a algunos vecinos de esa zona. Uno de esos temblores, detectado en abril, superó los 4 grados de intensidad y en la isla picuda se generó una cierta alarma social a la que las autoridades tuvieron que reaccionar con llamadas a la tranquilidad.
Más cerca. El jefe del Centro de Geodesia y Geofísica del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, Manuel Moreno, destacó que el movimiento sísmico se puede calificar de «normal, aunque en esta ocasión se registró algo más cerca de la costa de lo habitual», en concreto a 11 kilómetros al este de la localidad de Abona.

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