
Padang, en Sumatra, será la ciudad atacada por la fuerza de las olas. Aceleran sistema de alerta y escape
Hace dos años un monstruoso terremoto al oeste de Indonesia provocó un tsunami que dejó alrededor de 230 mil muertos y desaparecidos, asoló varios países y horrorizó al mundo. Y puede que vuelva a pasar. "No estamos diciendo que el terremoto se vaya a producir mañana o la próxima semana, pero tampoco queremos que la gente se olvide y se relaje", dijo el geólogo estadounidense Kerry Sieh. "Probablemente se producirá antes de 30 años. Eso es virtualmente una certeza", afirmó.
El grupo de científicos que con Sieh estudia la falla de Sumatra asegura que la misma grieta que causó el terremoto está a punto de deslizarse nuevamente y la ciudad de Padang podría ser el punto más afectado por la fuerza de las olas.
El anuncio de un nuevo tsunami se basa en la investigación de más de una década que han efectuado el respetado geólogo estadounidense y su equipo de investigadores de una sección de la falla de Sumatra. Sus conclusiones han sido compartidas por otros científicos e instituciones gubernamentales.
La falla de 200 kilómetros es el punto de encuentro de las placas tectónicas de Euroasia y el Pacífico, que se han estado empujando una contra otra durante millones de años, provocando desastres naturales.
Los investigadores pronostican que el terremoto ocurrirá en una amplia porción de esa isla, donde la población quedará devastada. "Toda esta zona marcada en rojo desaparecerá", dijo el alcalde de Padang, Fauzi Bahar, apuntando a un mapa que tiene en su oficina y que muestra los lugares donde las olas golpearían la ciudad. Ante ello, los funcionarios han comenzado a diseñar rutas de escape y a educar a la población sobre la amenaza.
Las advertencias ante otro posible tsunami han colocado en estado de alerta a los países del océano Indico para acelerar la construcción de un sistema que anuncie con anticipación un posible desastre natural. La idea es similar al sistema de boyas que tienen los países del océano Pacífico, que avisan a Japón, Estados Unidos y otras naciones de cambios repentinos del oleaje.
Si bien los países más afectados tras el tsunami han colocado sirenas y unas boyas con sensores capaces de detectar oleaje generado por actividad sísmica, aún faltan años para instalar la red de forma completa, explican los funcionarios.
Cerciorarse que el sistema funcione de un extremo a otro es una "tarea titánica", dijo Curt Barrett, del Departamento Nacional Oceánico y Atmosférico de Estados Unidos, que está participando en las obras.
"Una vez que se dispare el alerta, la gente ha de saber qué es lo que tiene que hacer", dijo. "Ahí es donde tiene que funcionar el sistema en las comunidades. Toda esta información será inútil si no le llega a la persona que este en la playa".
Sin embargo, inclusive con todos los preparativos, las autoridades creen que hasta 60 mil personas que residen en las zonas bajas de esa ciudad de 900 mil habitantes, podrían morir, ya que no les daría tiempo a burlar las olas inclusive habiendo sido alertados, o cuando el suelo comience a mecerse. "La gente será arrasada por el agua", dijo Bahar.
En la mañana del 26 de diciembre de 2004 el terremoto más poderoso en cuatro décadas provocó unas olas gigantescas con una fuerza brutal que alcanzaron hasta 12 países de la región, arrasando costas y ciudades.
Indonesia resultó la zona más afectada, seguida de Tailandia, Sri Lanka y la India. El oleaje arrasó comunidades completas y hundió barcos antes de dejar a su paso desolación y un manto de decenas de miles de cadáveres.
En la isla de Sumatra, donde perecieron más de la mitad de las víctimas, los servicios de emergencia tardaron hasta tres meses en recuperar todos los cuerpos.
Una pequeña agencia no gubernamental está comunicándose con la comunidad de Padang y alrededores. El grupo se ha reunido con cientos de líderes tribales y religiosos y envía a voluntarios para dar charlas en las escuelas.
El grupo señala que los residentes y el gobierno se han mostrado muy perceptivos, sobre todo luego de que un tsunami en julio matara a 600 personas en la isla de Java.
Faltan inversiones
Los expertos, sin embargo, dicen que la concientización ciudadana no es suficiente. Indonesia deberá invertir fuertemente para implementar cambios en sus estructuras que faciliten la salida de los habitantes de Padang en caso de un tsunami, que golpearía las costas 20 minutos después del terremoto, dado que la falla se encuentra muy cerca de la costa.
Las carreteras de evacuación deben ser ampliadas y los puentes que cruzan los ríos de la ciudad necesitan ser reforzados. Algunos expertos señalan que deben construirse torres a prueba de tsunamis y establecer agencias de emergencia tierra adentro.
Sieh, sin embargo, cree que Indonesia debería invertir más en esos proyectos y en la educación de la gente que en la instalación y mantenimiento del sistema de boyas.
"Tienes un terremoto que dura cinco minutos. Se mueve tan fuerte que apenas puedes caminar. ¿Para qué necesitas una advertencia? ¿Acaso no la tienes con el terremoto?", se pregunta Sieh. "No es sólo un despilfarro de dinero, sino que le da a la gente una falsa sensación de seguridad", aseguró.
(AP)
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