sábado, 13 de enero de 2007

Aguas del Pacífico ganan más terreno de la Isla Carteret.


Todos los días, las aguas del Pacífico sur ganan más terreno de la Isla Carteret en Papúa, Nueva Guinea. La isla se está hundiendo. El mar se está tragando literalmente los atolones.

La causa: el cambio climático que provoca el incremento en los niveles de los océanos.

Los habitantes del lugar ya resienten los efectos de este fenómeno. La tierra cada vez es más salada. Ya no se puede sembrar, la ganadería es casi imposible y en consecuencia no hay qué comer.

“Nuestra vida es difícil, tenemos muy poca comida para vivir, especialmente pescados y cocos”, comentó John Salik, habitante.

Los intentos por detener la filtración de agua salada a la isla son vanos. Barreras de esqueletos de almejas y redes tratan de contener el avance del mar.

“Pensamos que proteger las costas así nos brindaría mayor protección de la llegada del agua salada, pero nos damos cuenta de que no funciona, es exactamente lo mismo”, dijo Rafael Hagis, del Clan de la Isla Bougainville.

Ante el desolador panorama, los casi mil habitantes de la isla han comenzado a ser reubicados.

“Hoy tenemos poca comida de la cual dependemos, y esa es la razón por la que mucha gente ha aceptado la reubicación”, concluyó Paul Tobasi, del gobierno de Bougainville.

Las autoridades calculan que en dos años más, la isla quedará desierta y para el 2015 estará completamente bajo el agua.

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