Pensamientos del día por Omraam Mikhaël Aïvanhov.

Pensamiento del 26/02/2007.

"Dios dio a los primeros hombres la tierra para que la cultivaran y la poblaran. Pero esta tierra no sólo implica esta extensión física por dónde nos desplazamos y trabajamos, también es una tierra muy particular: nuestra cabeza. Lo que sucede en nuestra cabeza es el reflejo de lo que sucede en la tierra y viceversa.
Si siempre hay guerras en la tierra, es debido a que siempre hay guerras en la cabeza de los humanos. Incluso en ella están
representados los cinco continentes: África, Asia, América,
Oceanía, Europa. La nuca, por ejemplo, representa África...
El ideal del discípulo consiste en tener una cabeza
magníficamente construida. Según la estructura de su cabeza, un Maestro espiritual reconoce la naturaleza de la «tierra» dónde vive cada ser humano."

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Pensamiento del 25/02/2007.

"No se puede negar que cada día se nos presentan numerosas
ocasiones para turbarnos, sentirnos maltratados, atropellados;
pero a pesar de todo podemos salvaguardar o restablecer nuestros
estados de conciencia superiores. ¿Cómo? Acostumbrándonos a vivir
vigilantes, en constante atención hacia el mundo divino. Y ya
desde la mañana, debemos pensar en hacer todos los gestos de la
vida diaria manteniendo nuestros pensamientos fijos en el Cielo.
Decidios al menos a probarlo... Cierto tiempo después
comprobaréis que nada consigue quebrantaros durante mucho
tiempo. Una mala noticia, una enfermedad, un accidente son
acontecimientos que pueden trastornaros, y es normal. Pero si os
habéis acostumbrado a mantener vuestro pensamiento concentrado en
el mundo divino, superaréis mucho más rápidamente estas pruebas.
Porque es al espíritu al que Dios hizo todopoderoso."

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Pensamiento del 24/02/2007.

"En una sociedad se pueden distinguir tres categorías de
individuos que corresponden a tres niveles de conciencia.
Aquellos que quieren trabajar solos, aislados, replegados sobre
sí mismos. Aquellos que han comprendido las ventajas que pueden
obtener de la vida colectiva y se agrupan, pero sólo porque
tienen un interés. Y finalmente, aquellos que aprenden a vivir
más fraternalmente profundizando cada vez más en sí mismos la
conciencia de la universalidad.
Evidentemente, cada individuo debe trabajar para su propio
desarrollo, para su propio enriquecimiento, pero a condición de
que no lo haga exclusivamente para sí mismo, sino para el bien
de la colectividad. Entonces, ya no sólo se habla de
colectividad sino de fraternidad. La colectividad todavía no es
una fraternidad. Una fraternidad es una colectividad dónde reina
una verdadera cohesión, porque cada individuo trabaja en ella
conscientemente para el bien de todos."

Omraam Mikhaël Aïvanhov


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