Es preciso mantener y ampliar las misiones actuales para evitar un peligro social inminente.
Casi la mitad de los satélites norteamericanos que siguen la evolución del cambio climático dejará de funcionar en 2010, lo que acarrea un peligro social inminente, advierte el National Research Council de Estados Unidos en un informe en el que señala también que debido a la falta de inversiones se reducirán en un 40% las misiones actuales. Las necesidades de información ambiental reclaman no sólo el mantenimiento de estas misiones, sino también su ampliación con 17 nuevos programas entre 2010 y 2020, para asegurar el estudio del cambio climático a nivel global, predecir catástrofes naturales y controlar la explotación agrícola. Por Yaiza Martínez.
Casi la mitad de los satélites que hoy día utiliza Estados Unidos para estudiar el medioambiente dejará de funcionar en 2010, lo que producirá la pérdida de los datos que recopilan, y que se usan para estudiar el cambio climático, predecir desastres naturales y controlar la explotación agrícola a nivel global.
Según un informe del National Research Council estadounidense, la NASA y la NOAA (National Oceanic & Atmospheric Administration) deberían tener asegurados los fondos económicos para mantener los satélites actuales, las misiones previamente planeadas, así como para poder emprender un conjunto de 17 misiones nuevas entre los años 2010 y 2020.
El informe señala asimismo que la observación de la Tierra desde los satélites resulta esencial para diversas aplicaciones relacionadas con la salud humana y el bienestar de la sociedad. Estas observaciones producen información de la que parten pronósticos y modelos que la sintetizan para poder tomar decisiones de las que se obtienen beneficios sociales directos.
Trabajo en colaboración
El informe recomienda que el gobierno estadounidense trabaje en colaboración con el sector privado, el académico, el sector público y con socios internacionales, para renovar sus inversiones en estos sistemas de observación terrestre, para que puedan recuperar su liderazgo científico mundial.
Los satélites no son sólo necesarios para comprender la Tierra y hallar respuestas a profundas cuestiones científicas, sino que también ayudan a afrontar los desafíos medioambientales tan significativos de la actualidad: la escasez de agua limpia y accesible, la degradación de la tierra y de los ecosistemas acuáticos, el aumento de la erosión de los suelos, los cambios químicos de la atmósfera, el declive de los bancos de pesca, así como los cambios climáticos de nuestro tiempo.
Además, estos cambios no están aislados, sino que interactúan unos con otros de una forma compleja a escalas local, regional y global. El informe señala varias cuestiones esenciales para la sociedad que no pueden dejar de ser analizadas por los satélites en los próximos años: a que velocidad está sucediendo el deshielo de los polos, la localización de las áreas especialmente afectadas por la sequía, cómo continúa afectando el desarrollo económico a la producción de contaminantes del aire, o como los ecosistemas costeros y oceánicos están respondiendo a los cambios de las fuerzas de la naturaleza como consecuencia, sobre todo, de la acción humana.
Peligro para la sociedad
El informe señala que las observaciones por satélite, tan esenciales, están en peligro. Entre 2006 y el final de esta década, el número de misiones operativas se reducirá dramáticamente en un 40% en Estados Unidos.
Afirma asimismo que la eliminación de los requisitos para las mediciones relacionadas con el clima del sistema de satélite NPOESS (National Polar-orbiting Operational Environmental Satellite System) es sólo uno de los ejemplos más recientes del abandono que a nivel nacional están sufriendo este tipo de mediciones y análisis.
La NASA, por ejemplo, a pesar de su intervención en la investigación climática y su enorme desarrollo de tecnologías de medición para el clima, no ha recibido peticiones para prolongar sus misiones climáticas, exceptuando las de mediciones de ozono atmosférico, explícitamente ordenadas por el Congreso de Estados Unidos.
El informe recomienda que la Office of Science and Technology Policy (establecida por el Congreso norteamericano en 1976 para asesorar al presidente sobre asuntos de ciencia y tecnología nacionales e internacionales) desarrolle y aplique un plan, en colaboración con agencias relevantes y con el asesoramiento de la comunidad científica, con el que se pueda lograr y asegurar una observación global por satélite de la Tierra.
Es necesario por tanto que se restablezcan las fuentes de información perdidas y que se mantengan los planes de observación antes establecidos, de manera que los satélites puedan seguir ayudando en la toma de decisiones políticas (con beneficios sociales), en la reducción de riesgos como consecuencia del cambio climático, así como en la preparación de estrategias. El informe ha sido presentado en el octogésimo séptimo encuentro anual de la American Meteorological Society.
Según un informe del National Research Council estadounidense, la NASA y la NOAA (National Oceanic & Atmospheric Administration) deberían tener asegurados los fondos económicos para mantener los satélites actuales, las misiones previamente planeadas, así como para poder emprender un conjunto de 17 misiones nuevas entre los años 2010 y 2020.
El informe señala asimismo que la observación de la Tierra desde los satélites resulta esencial para diversas aplicaciones relacionadas con la salud humana y el bienestar de la sociedad. Estas observaciones producen información de la que parten pronósticos y modelos que la sintetizan para poder tomar decisiones de las que se obtienen beneficios sociales directos.
Trabajo en colaboración
El informe recomienda que el gobierno estadounidense trabaje en colaboración con el sector privado, el académico, el sector público y con socios internacionales, para renovar sus inversiones en estos sistemas de observación terrestre, para que puedan recuperar su liderazgo científico mundial.
Los satélites no son sólo necesarios para comprender la Tierra y hallar respuestas a profundas cuestiones científicas, sino que también ayudan a afrontar los desafíos medioambientales tan significativos de la actualidad: la escasez de agua limpia y accesible, la degradación de la tierra y de los ecosistemas acuáticos, el aumento de la erosión de los suelos, los cambios químicos de la atmósfera, el declive de los bancos de pesca, así como los cambios climáticos de nuestro tiempo.
Además, estos cambios no están aislados, sino que interactúan unos con otros de una forma compleja a escalas local, regional y global. El informe señala varias cuestiones esenciales para la sociedad que no pueden dejar de ser analizadas por los satélites en los próximos años: a que velocidad está sucediendo el deshielo de los polos, la localización de las áreas especialmente afectadas por la sequía, cómo continúa afectando el desarrollo económico a la producción de contaminantes del aire, o como los ecosistemas costeros y oceánicos están respondiendo a los cambios de las fuerzas de la naturaleza como consecuencia, sobre todo, de la acción humana.
Peligro para la sociedad
El informe señala que las observaciones por satélite, tan esenciales, están en peligro. Entre 2006 y el final de esta década, el número de misiones operativas se reducirá dramáticamente en un 40% en Estados Unidos.
Afirma asimismo que la eliminación de los requisitos para las mediciones relacionadas con el clima del sistema de satélite NPOESS (National Polar-orbiting Operational Environmental Satellite System) es sólo uno de los ejemplos más recientes del abandono que a nivel nacional están sufriendo este tipo de mediciones y análisis.
La NASA, por ejemplo, a pesar de su intervención en la investigación climática y su enorme desarrollo de tecnologías de medición para el clima, no ha recibido peticiones para prolongar sus misiones climáticas, exceptuando las de mediciones de ozono atmosférico, explícitamente ordenadas por el Congreso de Estados Unidos.
El informe recomienda que la Office of Science and Technology Policy (establecida por el Congreso norteamericano en 1976 para asesorar al presidente sobre asuntos de ciencia y tecnología nacionales e internacionales) desarrolle y aplique un plan, en colaboración con agencias relevantes y con el asesoramiento de la comunidad científica, con el que se pueda lograr y asegurar una observación global por satélite de la Tierra.
Es necesario por tanto que se restablezcan las fuentes de información perdidas y que se mantengan los planes de observación antes establecidos, de manera que los satélites puedan seguir ayudando en la toma de decisiones políticas (con beneficios sociales), en la reducción de riesgos como consecuencia del cambio climático, así como en la preparación de estrategias. El informe ha sido presentado en el octogésimo séptimo encuentro anual de la American Meteorological Society.
(Tendencias21.net)
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