miércoles, 20 de diciembre de 2006

Adán y Eva venían en un cometa.


Stardust logró robar en enero de 2004 un trozo del cometa Wild-2. A tres años de la hazaña espacial, y tras los primeros análisis, científicos confirman que estos cuerpos itinerantes trajeron en su interior moléculas fundamentales para el desarrollo de la vida en la Tierra.

La teoría de que los cometas aportaron partículas orgánicas necesarias para la formación de la vida en la Tierra vuelve a cobrar impulso.

Los científicos encargados de estudiar las pequeñas partículas de material recuperado de la cola del cometa Wild-2 por la sonda Stardust de la NASA, encontraron moléculas grandes y complejas, ricas en carbono.

Son de una clase que hace pensar que podrían haber sido precursores importantes de los elemento químicos que dieron lugar a la vida en el planeta.

“Sea lo que fuere que haya generado vida, cuanta mayor variedad de moléculas haya habido en la mezcla, y cuanto más se hubieran parecido a las moléculas actuales, el proceso habría sido más sencillo”, dijo el doctor Scout Sandford, del Centro de Investigación de la NASA.

Distribuidas entre los laboratorios astronómicos, las partículas les han dado a los investigadores la oportunidad de obtener un conocimiento más profundo sobre las condiciones de vida en las fases tempranas del Sistema Solar, cuando se estaban formando los planetas y los cometas.

Sandford encabezó la investigación orgánica, en la que participaron 55 investigadores de más de 30 instituciones científicas.

Los compuestos del Wild-2 carecen de aroma, o estructuras de carbono en forma de anillo, frecuentemente encontradas en los meteoritos orgánicos. Son extremadamente ricos en oxígeno y nitrógeno y posiblemente datan de una era previa a la existencia del Sistema Solar.

“Posiblemente lo que estamos observando es una población orgánica de moléculas que se formó cuando el hielo dentro de la nube densa que originó el Sistema Solar, fue irradiado por fotones ultravioleta y rayos cósmicos”, explicó Sandford. “Esto es interesante porque cuando hacemos simulaciones en laboratorio, estos experimentos producen compuestos orgánicos, entre ellos aminoácidos y una clase de compuestos llamado anfifilos, que al ponerlos en el agua forman espontáneamente una membrana en la que se pueden percibir estructuras casi celulares”, agregó Sandford.

Nadie sabe cómo se originó la vida en la fase de enfriamiento de la Tierra, pero una teoría que ha adquirido fuerza argumenta que una lluvia de cometas pudo haber depositado importantes unidades químicas para las reacciones iniciales.

©BBC Mundo

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